martes, 11 de diciembre de 2007

La generación del “me llega”

Desde hace algunos años, la era del modernismo llegó a su fin, dando inicio al postmodernismo. El modernismo se ubicó a principios del siglo XX, siendo Europa su lugar protagónico. La sociedad moderna se caracterizó por ser dinámica, orientada al futuro, sin límites o estancamientos, negando lo antiguo y lo tradicional, al mismo tiempo que su ánimo era optimista y conquistador. En cambio, la sociedad postmoderna muestra una actitud de indignación moral ante los excesos y desastres provocados por la modernidad. En el postmodernismo, se cuestiona ciertos modelos de la modernidad y se privilegia la diversidad de género, raza, clases marginadas y una nueva moral sexual.
Después de la generación X, surge la generación Y, o como prefiero llamarla, la generación del “me llega” que comprende los niños nacidos entre 1981 y 2000. Según su filosofía, la vida se reduce al "aquí" y "ahora", valorándose sólo el presente, el día a día, en donde sus objetivos, inquietudes y propósitos deben de ser satisfechos. Sin lugar a dudas, este frenesí se sintetiza en la frase latina “carpe diem” que significa “coge el día”. Mientras que la idea de progreso y de planificación a futuro fue la característica del modernismo; en el postmodernismo, lo que importa es aprovechar al máximo el presente, vivir el día y pasarla bien.
Por lo tanto, el joven postmoderno desecha las normas y valores para entregarse al disfrute de lo inmediato siguiendo sus impulsos y pasiones. En consecuencia, hay "una demanda urgente" de placer, y una falta de motivación para asumir compromisos a largo plazo.
Acaso ¿este fenómeno indicará un signo de decadencia del mundo? Se podría entonces hablar de un nuevo acto social, de una nueva cultura urbana que apuesta sobre el placer a cualquier precio, siendo la satisfacción personal lo más importante, en donde, la importancia de la estética externa, la cultura de la apariencia, el valor al materialismo mal infundado, y la ruptura con el pasado son cuestiones elementales para los jóvenes postmodernos.
La Generación Y se caracteriza por la diversidad. Una formidable vitalidad se manifiesta en los jóvenes de hoy, una efervescencia que se encuentra en la música, en la moda, en la manera de hablar, pero sobre todo en las fiestas. La fiesta ha devenido, hoy en día, una manera de trabajar por la colectividad. En la fiesta, todos están de acuerdo, hay consenso, no hay cabida al debate; en donde los jóvenes explotan sus frustraciones y problemas cotidianos. Todo es motivo de celebración, no existen las excusas, si se está contento se celebra en una fiesta y, si se está triste o deprimido se ahoga la penas en ella.
¿Será la fiesta un refugio contra las miserias del mundo? Se puede decir que es una poción mágica que facilita la coexistencia entre los individuos, muchos de ellos marginados y oprimidos ya sea económica, cultural, política o socialmente, en donde, se baila para olvidar. En efecto, tiene que ver con la imposibilidad que tiene el joven de "lidiar directamente con las complejas realidades de la vida personal y pública de un país en conflicto”.
¿Qué significado tiene la fiesta para los jóvenes? Algunos significados son obvios como la libertad individual y el control del cuerpo a través de los tatuajes, el piercing y el consumo de drogas, o la búsqueda de una conexión o integración a un mundo cada vez más consumidor de entretenimiento. Pero a pesar de la grave crisis económica por la que atraviesa el Perú, el número de locales de entretenimiento ha aumentado. No es de extrañar, que el techno, rave, trance, hip-hop, entre otros nuevos géneros musicales tengan, como dicen los jóvenes, “tanta pegada”. Por esta razón, el “perreo” tiene tanto éxito en diversos locales de los conos de la ciudad de Lima, en donde, los jóvenes, dan rienda suelta a sus más ocultos y salvajes instintos.
Es tiempo de postmodernidad y tiempo de reconocer que cada día que transcurre en la vida debe de ser aprovechado al máximo, pero siempre mirando hacia el futuro, en donde la percepción respecto a todo horizonte de futuro es incierta para la generación Y.

2 comentarios:

GERMAN VILLANUEVA dijo...

Hola Elianita, excelente tu aporte. Con pesar te manifiesto que lamentablemente a esa sociedad de consumo, del no hacer nada artesanalmente porque vivimos en un mercado donde todo se compra y todo se venda, llamada Generacion Y o Generation o del Internet; pertenece mi pequeño hijo de 9 años. Cuando le cuento que cuando yo era niño no habian computadoras en casa ni en las oficinas de sus abuelos, veo su carita sorprendida y su sonreir sarcastico de niño travieso que trata de decirme que eramos unos nerds. Cuando le cuento que el mundo era mas humano porque esperamos con ansias para que se vaya la luz y podamos jugar a las escondidas, a diferencia de hoy que si se va la luz criticamos a las autoriadades como automatas, por su falta de capacidad de gestion, veo en su tierna carita un tierno UPS sorprendiendose. Es nuestra labor creo, como padres tratar que nuestros hijos se conviertan en los de la Generacion H no por Huevas si no por Humanos.
Un saludo desde Moyobamba, Peru, tu amigo German

Anónimo dijo...

Me gusta este texto. No afirma nada, presenta, y da lugar al debate. A pesar de.

Romper con el pasado no tiene nada de malsano; sí bastante de saludable, finalmente las nuevas generaciones son producto de nosotros los adultos, y no es cuestión de evadir responsabilidades...está bien que rompan; todos los jóvenes desde hace siglos rompen con el pasado, si no, no serían jóvenes, serían miembros dóciles al servicio del sistema “de los adultos”...en general, (si no, leamos el hombre rebelde de Albert Camus) el joven siempre ha buscado placer, vivir el presente, vivir el frenesí de la vida, y así como algunos adultos se sorependen y se escandalizan ante nuevos comportamientos de los jóvenes, así también nuestros abuelos se rasgaban las vestiduras con nuestros padres y los tatarabuelos con los abuelos; quizás no tan rápido como ahora; pero eso es una circunstancia histórica de estos tiempos que no tiene nada de bueno ni nada de malo, sino que es así...finalmente en todas las épocas ha sido así...lo que hace que creamos que ahora es “peor” o esa idea insalubre de “juventud hacia el abismo” es que los niños y jóvenes actuales tiene mas estímulos que antes; pero eso no es el tema de ellos, es el tema de los adultos que colocamos esos estímulos en el ambiente...ellos simplemente se adecuan legítimamente a esa realidad que los adultos ambientan...la condena no es para ellos sino para nosotros los adultos que comercializamos con sus demandas...sí puede ser un signo de decadencia del mundo, pero no de los jóvenes...y, en todo caso, estos signos de decadencia históricamente han aparecido desde hace varios siglos...
Por otro lado, lo que hace que los “jóvenes” aparezcan como desbordados cosacos, criters sedientos de placer, es que no solo es el trago y la fiesta como antes; sino que ahora hay màs opciones de placer...ahora hay màs diversidad de palceres, por decirlo de alguna manera, solo eso...
Y la fiesta?... Tanto para celebrar o para ahogar las penas...siempre ha existido eso!! La fiesta es para olvidarnos de nosotros mismos y eso es producto del indivudalismo, de la soledad urbana y de tantas cosillas de las que tantos sociólogos han escrito desde hace dos siglos...
No busquemos necesariamente jóvenes comprometidos con su sociedad como mayoría, luego de haber pasado por los años ochenta de violencia y haber pasado por el desencanto de las ideologías...Cuando el hombre dejó de creer en Dios (“Dios ha muerto”), legítimamente, entró en una profunda crisis (de la que muchso adultos se escandalizaron) porque se sentía ahora más solo que nunca...Entonces entró en la era de las ideologías y los compromisos políticos...Luego vino la era de la crisis de las ideologías (capitalismo, comunismo, etc..) y otra vez el hombre parece más solo que nunca...Y el niño es el padre del hombre, como decía el buen Piaget. Ericémonos ante eso o celebrémoslo. Quién sabe...

F. Llanos te saluda
Felicitaciones por tu blog